Instituto Miguel Cané

  Existen formas y maneras de interpretar el arte. Para muchos, es un combate. Un combate directo donde se impronta a un objeto sin vida. Aquí, se pone mucho en juego. El precio a pagar es enfrentarse al infierno de una tela vacía, de un papel en blanco, de una piedra alejada de toda forma… La nada misma de las líneas del pentagrama son como barrotes inexpugnables. Son enemigos que esperan, quizás días e incluso términos de tiempo más prolongados, hasta ser vencidos en ese instante hueco en donde el cincel decidió atacar la piedra. Entonces… se inicia el combate. Para otros, en cambio, el arte es simplemente la oportunidad que tiene la humanidad de agregarse a la naturaleza. Una oportunidad que tuvimos desde que los primates de hace seis millones de años, tomaron la decisión de pararse en dos pies. Para nosotros, los que hacemos arte, los que trabajamos, los que estudiamos, no sólo para ganar dinero, no solo por vocación… sino para justificar la vida...